¿Cómo hacer peticiones?
- Hacer peticiones incluye pedir favores, pedir ayuda y pedir a otra persona que cambie su forma de comportarse.
- La persona que hace una petición espera que ésta sea aceptada: no facilita el rechazo a la otra persona.
- Una petición no es sinónimo de exigencia, hay que reconocer el derecho del otro a rechazar la petición.
- Si la respuesta de la otra persona no es clara, ha de expresarse de nuevo la petición.
- Si la respuesta de la otra persona es “no”, no ha de insistirse más de una vez pues podría parecer que no se respeta su derecho a decir no.
- Creencias poco racionales como las siguientes pueden bloquear respuestas asertivas: “si pido un favor, estaré en deuda con esa persona y no quiero tener esa obligación”, “si hago una petición la otra persona no será capaz de decir que no, incluso aunque quiera rechazarla”.
Recomendaciones para hacer peticiones:
- Sé directo.
- No es necesario que te justifiques, aunque las explicaciones normalmente ayudan.
- No es necesario que te disculpes por pedir algo.
- Hay que estar preparado tanto para escuchar un “no” como un “sí”, y respetar el derecho de la otra persona a decirlo.
Cómo hacer peticiones paso a paso:
- Avisa de que vas a pedir un favor: “Mira, Raúl, te tengo que pedir un favor”.
- Pídelo directamente y sin rodeos comenzando por: “Me gustaría que…”, por ejemplo: “Me gustaría que el próximo viernes de 9 a 12 de la noche te quedases en mi casa para cuidar de mi sobrina pequeña”.
- Este punto es opcional. Explica las consecuencias positivas que se obtendrían del favor que te hace la otra persona comenzando por: “De esta manera”, por ejemplo: “De esta manera, podría ir a cenar con los compañeros de trabajo”.
- Consigue una respuesta: un sí o un no. ¿Te parece bien? o ¿Estás de acuerdo? o ¿Cuento contigo, verdad?
Cómo NO hacer peticiones
- De manera agresiva, ya que provoca el rechazo o una respuesta de defensa, por ejemplo: “Estoy hasta las narices de hacer todo lo que me pides… así que como no hagas esto que te pido vas a tener problemas”. Esto puede provocar una respuesta similar a: “Yo también estoy harto de que vengas siempre con lo mismo. Si tan harto estás, ya sabes lo que hay”.
- De manera inhibida, ya que se facilitan al otro los argumentos para rechazar nuestra petición, por ejemplo: “Mira…, si…, iba a pedirte una cosa, pero tampoco es muy importante. A ver si algún día, cuando podáis…, os pudierais quedar con mamá. Pero…, vamos… que si no podéis lo entiendo, vaya…”. Esto puede provocar una respuesta similar a: “La verdad es que me gustaría ayudarte, pero estoy muy ocupado estos días. Ya te llamaré cuando pueda”.
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