¿Cómo iniciar conversaciones?
- Primero haz una pregunta o un comentario sobre la situación común.
- Haz un cumplido a la otra persona sobre su conducta, apariencia o algún otro atributo, por ejemplo: “¡Qué puntual has venido!”, “¡Qué vestido tan original!”.
- Haz una observación o una pregunta casual sobre lo que la otra persona está haciendo. Pregunta si puedes unirte a la otra persona o pedirla que se una a ti.
- Ofrece algo a la otra persona.
- Da tu opinión o comparte la experiencia de lo que dice la otra persona.
Comentarios inadecuados:
- Hacer comentarios demasiado personales, por ejemplo: «estoy peleado con mi pareja».
- Hablar de forma negativa o con sarcasmo, por ejemplo: «parece esto un entierro».
- Hablar de forma crítica, por ejemplo: «nunca llegan a tiempo».
- Expresar contenidos ofensivos , por ejemplo: «parece gorda como una foca».
- Expresar contenidos dogmáticos, prejuiciosos u ofensivos, por ejemplo: «me caen mal las personas que usan sombrero», «nunca me casaría con una persona de otra religión», «los gitanos son sucios»…
- Adoptar una postura incorrecta y evitar el contacto ocular.
- Hablar demasiado bajo o demasiado alto.
- Tener una sensibilidad exagerada al rechazo o miedo a replicas hostiles.
Componentes de la habilidad conversacional
El contacto visual: mira a los ojos de la otra persona un 80 por ciento del tiempo. El 20 por ciento restante intercala la mirada mirando al la boca y a la nariz.
El afecto: se trata del grado en que nuestro tono de voz, expresión de la cara y volumen de voz se corresponde al contenido de la conversación que estamos teniendo. Por ejemplo si la conversación es trivial o alegre, nuestro afecto será adecuado si nos mostramos cálidos, cordiales, interesados, vivaces, sonrientes… Si en algún momento se contara algún suceso triste, nuestra voz se volverá menos animada, más compasiva o consoladora. No es adecuado no mostrar ningún afecto, ya que nos hace parecer poco interesados en los demás y también poco interesantes.
Las preguntas conversacionales: son preguntas que nosotros hacemos para que la otra persona nos revele información. Podemos hacerlo de una manera directa: “¿A qué te dedicas?” o indirecta “¿Qué opinas de tu trabajo?” “¿Qué te parece tu trabajo?”.
Los comentarios autoreveladores: se trata de transmitir información adecuada sobre nosotros mismos referente a intereses, a el pasado, a las aficciones, a nuestras preferencias u opiniones para, de esta manera, permitir a la otra persona conocernos un poco mejor. No es adecuado transmitir información muy personal o muy íntima a personas desconocidas o poco conocidas y tampoco información personal negativa (referentes a soledad, tratamiento de problemas emocionales, lamentaciones…).
Las señales de oído: indican que nos estamos enterando o que escuchamos o aprobamos lo que dice la otra persona. Puede consistir en:
a) Hacer comentarios breves: «Ya», «Si», «ah, ah», «claro», «eso es importante», asentir con la cabeza…
b) Repetir la última frase que ha dicho la otra persona: “…entonces dices que este fin de semana vas a ir a la playa”.
Los cumplidos: halago a la otra persona: «eres un encanto, no es fácil encontrar a gente tan maja…»; halago de algo relacionado con ella: «me gusta tu bolsa de deporte, que hermano más gracioso tienes» o «qué trabajo más bonito tienes»; refuerzo de su discurso: «eso es muy ameno, da gusto hablar contigo…».
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