13 Nov 2012
noviembre 13, 2012

Diabetes y su impacto emocional

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La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que conlleva un gran impacto en la vida emocional y afectiva de las personas.

Los psicólogos sabemos que el impacto emocional que provoca la enfermedad depende de las edades a las que se diagnostica. Se sabe que a edades más tempranas la posibilidad de padecer algún tipo de desorden emocional es mayor. Cuando se diagnostica a menores en edad escolar el impacto en las familias y cómo gestionen la enfermedad es de vital importancia para el paciente. En el adolescente se corre el riesgo de aislamiento social o desórdenes emocionales que afectan a su esfera más social, por lo que es importante atender éstos aspectos. Y en nuestros mayores se puede dar un sentimiento de culpa que también deberemos atender con cuidado.

La evidencia nos muestra que la diabetes puede presentarse a cualquier edad y provoca cambios en la vida, en el estado de salud y en el plano psicológico, cambios a los que deberá adaptarse el paciente.

Los diagnosticados de diabetes pasan por varias fases antes de tener la enfermedad controlada.

–       Primero es el impacto de la noticia y conocimiento de la diabetes y sus implicaturas. Suele ser una fase estresante y llena de incertidumbre, preguntas (¿Qué va a pasar? ¿Cómo va a ser mi vida a partir de ahora? ¿Por qué a mi?…) y ansiedad ante el desconocimiento.

–       La segunda fase es la de aceptación del diagnóstico y conciencia de los cuidados que deberá tener a partir de ahora. Es la fase en la que se ha calmado esta emoción de la primera fase y se toma una actitud más práctica, empapándose de los cuidados que deberá llevar.

–       La adaptación o ajuste a la nueva situación y a sus rutinas es la tercera fase en la que se ha aceptado y se empieza a convivir con la enfermedad.

–       Y la última fase es la convivencia plena y pacífica con la enfermedad, desde un punto de vista positivo, sin ira y sin las repetitivas preguntas que aparecen al principio, el paciente puede hablar abiertamente de su enfermedad.

Para superar estas fases es muy importante el papel que desempeñan las familias y entorno social que rodea al paciente.

La diabetes mellitus es una enfermedad física, pero que pone en jaque a nuestro mundo psicológico. Pueden aparecer tras el diagnóstico cuadros compatibles con: la ansiedad, el retraímiento social, la depresión, la ira, los sentimientos de culpa e incapacidad y una serie de sentimientos y situaciones que pueden empeorar el estado de ánimo general del paciente. Es por esto que los psicólogos remarcamos la importancia de cuidar nuestro mundo emocional interno apoyándonos en nuestros seres queridos, acudiendo a terapia de grupo con personas que padecen la misma afección y/o pidiendo asesoramientos a psicólogos expertos en enfermedades crónicas.

Recomendaciones psicológicas para los recién diagnosticados de diabetes

  • Como en cualquier enfermedad crónica la actitud del paciente es fundamental, por lo que cuidar nuestro cuerpo y mente nos ayudará a convivir mejor con la enfermedad.
  • Pregunta todas tus dudas al médico. Estar bien informado ayudará a tener bajo control la enfermedad y a perder esa sensación de incertidumbre que tanto molesta.
  • Aprende a cuidarte. Es una bonita manera de valorarse y quererse, fomentando una sana autoestima. Haz ejercicio físico y cuida tu alimentación.
  • Rodéate de gente con la que te sientas bien y puedas hablar de sus preocupaciones.
  • Si crees que necesitas ayuda de un profesional de la salud mental acude a consultar tus estados emocionales, él te puede ayudar a gestionar y a convivir con tu nueva situación de manera pacífica.
  • Habla con personas que padecen la misma enfermedad, resulta muy terapéutico, por lo que no dudes en acercarte a tu centro de salud para informarte.
  • Si tienes fobia a las jeringuillas acude a un psicólogo que te ayude a eliminar este miedo. Existen técnicas conductuales muy potentes en psicología que le pueden ayudar a superarlo, por ejemplo la desensibilización sistemática.
  • Conciéciate de los cambios que implica la enfermedad y estáte preparado para las nuevas necesidades; por ejemplo, planifica los viajes o las vacaciones con antelación pensando en tu nueva situación.

 

 

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