El contacto piel con piel es vital para el desarrollo y aprendizaje del recién nacido.

Cuando acariciamos con ternura a nuestros bebés estamos estimulando su sistema nervioso. Los bebés reciben un tipo de señal cerebral cuando son acariciados que les conviene no solo a nivel afectivo, sino sensorial, es por esto que el contacto piel con piel supone un acto de amor que atiende a dos necesidades infantiles: desarrollo cerebral y afectivo.

Las conexiones cerebrales que se establecen cuando acariciamos la piel de nuestros de bebés son el mismo tipo de comunicación neuronal que le van a permitir caminar, razonar, jugar, hablar y aprender.

El masaje infantil estimula el crecimiento psicobiológico de los bebés. No sólo son estimulados físicamente, sino que, mientras son masajeados, se les atiende, se les comunica afectos y se fomenta el apego. De hecho, los bebés nacidos prematuramente que son cargados frecuentemente a modo “canguro” por los papás o mamás, ganan peso más rápidamente que los bebés que no se les acostumbra a un contacto físico frecuente.

Cuando un bebé está alimentado con el cariño de una madre, con el contacto de unos padres se encuentra tranquilo, calmado y es la mejor manera de asimilar la realidad que le rodea.

Los bebés que por la noche no duermen y pronto son acogidos por los cálidos brazos de una madre se consuelan rápidamente, demostrando que duermen estupendamente y no tienen ningún problema de sueño, lo que necesitan es a su madre cerca, necesitan ese cariño que nutre sus almas.

 

Más vale calidad que cantidad

Es importante encontrar un momento al día para dedicarles unas palabras, unas atenciones que no estén relacionadas con las rutinas prácticas. Más que el factor cantidad, es importante el factor calidad, que es realmente el que hace que se disfrute de la experiencia. Dedicar unos minutos sin sentir la obligación de hacerlo, sin la presión del tiempo y sin la urgencia por el descanso es algo muy aconsejable para bebés y padres. Es una manera de priorizar y enseñar a nuestros pequeños la forma y el lugar que ocupan y a sentirnos relajados en compañía de nuestros hijos.

Encontrar el tiempo necesario para conversar con nuestros hijos y fomentar la comunicación verbal y de contacto físico a cualquier edad, es clave para que aprendan a comunicarse de una forma íntima y sosegada; más adelante podrán trasladar este conocimiento a sus futuras relaciones, incluyendo su vida de pareja. Si solamente hablamos y nos comunicamos con nuestros hijos para corregirles, no aprenderán el valor emocional de la atención positiva.

 

Consecuencias que cargarán toda la vida

Está demostrado que los niños que de pequeños tuvieron alguna carencia afectiva suelen tener una baja autoestima y tendencias a la depresión mayor que los que sí lo fueron. El contacto piel con piel supone la conexión temprana con las figuras de apego y supondrá en sus vidas una constante que les dará la seguridad que necesitan para sentirse felices.

 

Consejos prácticos

– Disfruta de la conexión con tu bebé y no te dejes atrapar por la trampa de lo urgente.

– Dedica un tiempo diariamente a acariciar a tu bebé. Háblale mientras le acaricias los brazos, las piernas, la espalda, el abdomen, los pies y los dedos. Por ejemplo, le puedes decir: “Te estoy acariciando tus piernas y ahora tus brazos, etcétera”.

-Piensa y disfruta del beneficio que tú también recibes cuando tocas, abrazas y acaricias a tu bebé. Al ser capaz de comunicarte con tu bebé de esta forma les estás expresando tu cariño y amor, y sentir esta cercanía especial es sumamente beneficiosa para ambos.

– Dedica un tiempo a descubrir lo que le gusta a tu bebé, cada bebé es distinto. Algunos son sensibles al tacto y reaccionan mejor al ser envueltos en una manta y al ser mecidos, otros necesitan que se les toque con suavidad, otros reaccionan mejor si se les toca con firmeza. Observa de qué manera reacciona tu bebé a los diferentes tipos de contacto físico. ¿Qué es lo que parece tranquilizarle? ¿Qué le hace sonreír? ¿Qué le molesta? Pero no te preocupes si tu bebé no te responde como esperarías. Muy pronto descubrirás la clase de contacto que prefiere tu bebé.

 

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