
Sexting, proviene de la contracción de sex texting. Es un término nuevo que sirve para referirse al envío de contenidos e imágenes eróticas o sexuales a través del móvil. Se está convirtiendo en una práctica habitual en jóvenes y adolescentes, de hecho, una reciente investigación demuestra que un 15 por ciento de jóvenes americanos de entre 12 y 18 años practica sexting. En España el porcentaje no alcanza estas cifras, pero su práctica va en ascenso.
Se considera la práctica de sexting como una conducta más de seducción, en la que se persigue la excitación de la persona que recibe los mensajes en la distancia. Juega con la activación en la distancia, con el quiero y no puedo.
La mayoría de los adolescentes que practican sexting lo hacen como parte del flirteo, es decir, cuando las relaciones no están consolidadas y no conocen las intenciones del otro.
Muchos de sus usuarios piensan que estas prácticas son seguras, ya que pueden practicar sexo con múltiples personas y no contraer infecciones y/o embarazos no deseados. Pero la realidad demuestra que toda acción tiene sus consecuencias, y ninguna práctica está exenta de ellas. Tanto psicólogos como expertos en nuevas tecnologías están advirtiendo de los riesgos que conlleva. Nos sentimos seguros porque pensamos que el contenido va a llegar a una sola persona, pero lo cierto es que una vez enviado la persona que lo envía pierde el control del contenido y las posibilidades de difusión aumentan exponencialmente.
En sí misma no es una práctica mala o negativa, sino una más del repertorio de la seducción. El problema es cuando esta conducta trasciende de la esfera íntima.
El sexting se suele prácticar con la pareja en su fase romántica, y lo que en este momento puede parecer divertido y excitante puede volverse en la contra cuando terniman las relaciones. De hecho, la mayoría de las divulgaciones de contenidos se hacen por parte de las exparejas, por venganza en rupturas complicadas o incluso como soporte de chantaje para evitar el fin de relaciones.
Esta sensación de falta control sobre imágenes propias puede ser muy dañina para la persona. La pérdida de intimidad, sensación de violación tiene un unos riesgos psicológicos asociados. Una difusión no deseada de la intimidad y privacidad puede tener efectos devastadores en la persona. Incluso se llegan a recibir chantajes y amenazas a cambio de la no difusión de estas imágenes. Actualmente escuchamos las palabras sextorsión y cyberbulling, amenazas y acoso en la red cada vez con más frecuencia a raíz de la extensión de prácticas como sexting.
Consejos para practicar sexting seguro:
- Siempre es recomendable tener bajo custodia propia las imágenes eróticas de uno mismo, ya que internet tiene un gran poder y borrar rastros es imposible, siempre queda huella.
- Procura no incluir la imagen de tu rostro o marcas como tatuajes que te identifiquen en la foto o material que envías.
- Envía imágenes protegidas bajo clave o imágenes que desaparecen a los 10 segundos sin posibilidad de ser guardadas es otra opción.
- Infórmate de los límites éticos y legales.
Y recordad…
Cualquier opción que sirva para proteger nuestra imagen e intimidad es poca sin que suponga dejar de divertirse por ello.
[…] El‘sexting’, práctica que consiste en el envío de imágenes con cierta carga erótica o sexual a través del móvil, es también analizada por la psicóloga que alerta de las consecuencias de compartir imágenes cuyo contenido puede ser usado para hacer daño cuando se rompe la relación de confianza entre las personas que practican este mecanismo de flirteo o seducción. Especialmente preocupante es el daño psicológico que pueden causar entre los adolescentes que lo sufren. […]